Cuando vamos a parir en la clínica, absolutamente todas queremos “portarnos bien” y ser “buenas pacientes”.

Pero nos hemos puesto a pensar ¿Qué significa eso de portarse bien?

Pues portarse bien es simplemente someternos a todo lo que diga el médico, la enfermera, en fin, el sistema sin exigir demasiado, al final ellos son los “expertos”, ellos son los que “saben”.

Esto hace que el parto en vez de ser una experiencia centrada en la embarazada, centrada en la familia, sea más bien una experiencia centrada en el médico. El médico se convierte en el actor principal, en la estrella, en el que hizo posible que todo saliera “bien”.

Portarse bien significa suprimir todos nuestros comportamientos instintivos que nos ayudan a sobre llevar la situación. Algunos de esos comportamientos son movernos, hacer pipi y pupú sin reparos, quitarnos la ropa, exigir más frio o más calor, no tener miramientos con cómo le hablamos a los demás, exigir que nos dejen solas, escondernos, gemir o gritar.

Cuando se suprimen los comportamientos instintivos durante el parto suele pasar que comienzan a surgir problemas  porque no estamos dejando que el proceso fluya; se comienza  a intervenir, a puyar, te ofrecen la epidural mil veces para que no molestes, perdón, “sufras” tanto, etc.

Y al final generalmente se crea una situación en la que tu o tu bebé necesitan que los salven y ahí entonces el personal médico se pone su capa de héroe y siempre terminamos agradeciéndole por algo que podía haber sido evitado simplemente dejando que el proceso fisiológico fluyera sin interrupción.

Así que en el día de tu parto, tienes permiso de portarte “mal”, de romper las reglas de comportamiento social, de gritar, gemir, moverte, encuerarte, todo lo que quieras. Esos comportamientos son INSTINTIVOS y pueden asegurar que tú y tu bebé salgan sanos y felices del viaje de la labor de parto. Rompe los esquemas y conviértete en tu ser mas primal, eso te ayudara a tener una experiencia de primera.

No es el médico, ni la enfermera, ni la doula, ni tu pareja o acompañantes, son las hormonas tuyas y de tu bebé las que te permiten tener una experiencia extática.

Practica movimiento o baile libre, vocalizaciones, etc. Para ir soltando las inhibiciones y cuando llegue el momento en el que sientas ese ímpetu para comportarte de esa manera lo hagas sin miramientos y te permitas sentir el éxtasis de traer a tu bebé al mundo.

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