Les voy a ser honesta desde el principio: no he leído miles de libros sobre crianza, no he tomado todos los cursos, ni nada por el estilo.

Sí tengo amigas que son certificadas en disciplina positiva y he seguido algunas cuentas, más de crianza consciente que de disciplina positiva.

Nuestra forma de hacer las cosas es una mezcla de nuestras personalidades, la personalidad de nuestros hijos, nuestras convicciones y creencias y los conocimientos que hacen sentido para nosotros y que hemos interiorizado.

Así que no me pidan teorías, ni estudios.

Aquí les cuento las cosas que hemos aplicado que nos han funcionado y los resultados.

No es que mucha gente me ha preguntado cómo lo hacemos, pero sí mucha gente que conoce a Simón y Elena, aunque sea por un momento, cree que se comportan cómo se comportan porque son de alguna raza especial.

NO SON DE UNA RAZA ESPECIAL. Son inteligentes, persistentes, retadores, voluntariosos y desafiantes, cómo todos los niños.

Los tres pilares de nuestra crianza son estos:

– Comunicación y anticipación
– Honestidad
– Límites y firmeza

Comunicación y anticipación

Todos sabemos que la comunicación es el pilar de las relaciones.

Es importante siempre comunicar lo que está pasando y lo que va a pasar, no solo con respecto a actividades o cosas que se van a hacer, sino con respecto a cómo nos sentimos, por qué, quizás, hoy no soy capaz de ser muy paciente y, muy importante, para disculparnos cuando hemos hecho algo mal.

Anticipar les ayuda a saber lo que va a pasar y a que las cosas no les tomen por sorpresa. He notado que produce menos shock, porque les ayuda a ir procesando y aceptando los eventos de antemano.

Honestidad

Este elemento es súper importante para mí.

Personalmente creo que es el más importante.

La honestidad permite que se cree confianza en la relación, que el niño sepa que puede contar con que siempre diremos la verdad.

He notado que también ayuda a que ellos estén más dispuestos a ser obedientes, sobre todo ante situaciones de peligro.

Límites y firmeza

Poner límites en cuánto a mi persona y ser firme a la hora de mantenerlos ha sido clave para que ellos acepten cualquiera que sea la situación del momento.

Que ellos vayan entendiendo que ellos y yo somos personas distintas y que a veces tengo unas necesidades que quizás ellos no entienden, me ha ayudado muchísimo a mantener mi sanidad mental.

Esto también va muy de la mano con la honestidad.

Si digo algo y lo hago, me ayuda a que ellos sepan que no son amenazas o promesas vacías, sino realidades.

La coherencia es clave.

2 ejemplos

Destete de Simón

Antes de esto, ya habíamos destetado de noche y habíamos bajado las tomas, hasta encontrarnos en dos tomas diarias.

Comunicación y anticipación: “Simón, en dos semanas, el día de mí cumpleaños, va a ser la última vez que habrá teta. La semana que viene te daré teta sólo a la hora de ir a dormir.”

Honestidad: Necesito que terminemos con la teta porque me siento cansada y mi cuerpo no puede más con la demanda.

Límites y firmeza: El día que dije que íbamos a empezar con sólo una toma, se cumplió la promesa. El día que dije que iba a ser el último, fue el último.

Las poquitas veces que me pidió teta luego de ese día simplemente le recordé lo que habíamos hablado y hecho y, si necesitaba que lo cargara o lo abrazara, lo hacía.

Cambio de ambos niños de nuestra habitación a su habitación

Comunicación y anticipación: cuándo nos íbamos a mudar a PC, desde antes de mudarnos, les dijimos que cuándo ya nos hubiésemos instalado iban a empezar a dormir en su habitación.

Les informamos que teníamos que esperar a comprar las camas. Cuando ya se habían comprado, les dijimos “en tantos días vienen las camas y van a empezar a dormir en su habitación.”

Se lo dijimos cómo algo chulo y divertido, que ellos se iban a hacer compañía y tendrían su propio espacio.

Honestidad: Ya necesitamos nuestro espacio y ustedes dormirán más cómodos en su cama.

Límites y firmeza: El día que llegaron las camas nos pusimos a armarlas. Ellos quisieron participar y se lo permitimos y ese día comenzaron a dormir en su habitación.

Sólo duermen en nuestra habitación si es verdaderamente necesario. E.G. tienen fiebre o están enfermos.

Todo esto se ha logrado a través de la constancia, la paciencia y la disciplina.

Otras cosas que son claves en nuestro día a día

– La rutina: Sobre todo rutina de comidas y rutina de dormir. Tratamos de tener al menos 2 comidas al día en familia y yo trato de hacer comida densa en nutrientes que los sacie por suficiente tiempo para evitar los snacks desordenados.

La rutina de sueño es la misma que diseñamos cuando Simón era bebé y a la que Elena, gracias a Dios, se adhirió muy fácilmente muy temprano. Cena alrededor de las 6:00 pm, baño, pijama, aceite o loción, cepillado, lectura y cuentos.

– Ellos tienen voz y voto en algunos aspectos de su vida: Esto les da una noción de control y ayuda a evitar las luchas de poder.

– Días poco estructurados. Esto significa que no están en mil actividades y que no les planificamos lo que harán con su tiempo, sino que tienen mucho, mucho espacio para el juego libre y la experimentación.

– Tienen pocas restricciones en cuanto a dónde pueden estar en la casa.

– Cuando salimos a diligencias nos aseguramos de meter al menos un ratito en un lugar dónde puedan jugar: Es importante no ahogarlos en vidas y actividades de adultos y que siempre tengan tiempo de ser niños, que sientan que siempre estamos tomando en cuenta sus necesidades.

Igual si vamos a tener un día muy ajetreado se les informa con anticipación para que se vayan preparando mentalmente.

– Participan en la cotidianidad de la casa: fregar, cocinar, recoger, etc. Importante para mantener el orden y la salud mental y para que ellos sientan que son parte de un todo y que pertenecen.

– Ellos tienen la noción de que nada es arbitrario y que todo tiene razón de ser y sí, cuándo es prudente, les damos explicaciones. Con prudente quiero decir que no es una situación de peligro o emergencia.

– PASAMOS TIEMPO CON ELLOS. Yo se que está la noción de que la cantidad no importa, lo que importa es la “calidad”.

Yo estoy de acuerdo con que es importante brindar tiempo de calidad en el que jugamos con ellos, etc.

Pero creo que la cantidad de tiempo es MUY importante,  porque en la presencia constante se van creando esos momentos de calidad, sin force y sin planificación.

En la cantidad del tiempo brindado podemos observarlos y conocerlos de maneras que sólo el tiempo permite.

Podemos tener momentos sin apuros a horas del día en los que no estamos completamente explotados de estar haciendo otras cosas.

– ESCOGER NUESTRAS PELEAS: Muchas veces tengo que detenerme y preguntar ¿por qué estoy diciendo que no en este momento? Y me doy cuenta que muchos “nos” son poco importantes.

Aquí también se puede mencionar el aprender a identificar las necesidades del niño. Cuándo nos estamos alterando o una situación se nos está yendo de las manos, pararnos y  ver que podría estar pasando.

Quizás el niño tiene hambre, sed, está cansado, necesita ir al baño, tiene sueño o necesita atención.

Cuándo me detengo e identifico la raíz puedo actuar en base a eso en vez de tener una reacción desproporcionada que cree conflictos en la relación.

– Llevar un ritmo de vida más calmado: Los niños son de ritmos lentos y mientras menos apurados estamos, menos conflictos creamos.

– ALIMENTACIÓN: No puedo dejar de cantar las maravillas que una alimentación poco inflamatoria hace.

Por eso soy OCD con evitar alimentos ultra procesados, los colorantes, el exceso de azúcares, los aceites hidrogenados y los carbohidratos mal preparados e intento potenciar buenas proteínas y grasas, frutas y vegetales y buenos carbohidratos.

Un niño poco inflamado es un niño más tranquilo y equilibrado, menos acelerado y menos enfermizo.

Estoy segura que se me olvidan unas cuántas cosas, pero creo que aquí les he compilado lo principal.

Por último les menciono lo más importante que es apoyarme en Dios y tomar a María cómo ejemplo de maternidad.

La oración es clave para pedir paciencia, sabiduría y apoyo en el día a día. También para pedir que nuestros hijos sigan buenos caminos y estén abiertos al entendimiento.

En los momentos en que no puedo mas y siento que voy a explotar muchas veces soltarle todo a Dios y a María me genera un alivio en el que puedo respirar y recentrarme.

Cualquier cosa que hayamos logrado con nuestros hijos y cualquier impacto que pueda estar teniendo nuestra familia en los que nos presencian, toda la Gloria es de Él.

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