Recientemente salí con una amiga y ella me comenzó a preguntar acerca del parto. Eventualmente llegamos al tema de como manejar lo del cordón umbilical, de porque es mejor esperar para cortar, de porque el bebé había nacido tan alerta, etc.

A medida que le iba hablando, veía su expresión maravillada y yo emocionada hablando jajaj. Pero luego nos interrumpieron, como suele pasar cuando hay niños alrededor y ya no pude seguir hablando.

Pero me quedé con las ganas xD

Durante el parto se da un proceso hormonal complejo que también involucra y afecta al bebé. La función de estas hormonas son dos: proteger al bebé fisiológicamente hablando, de eventos que bajo otras circunstancias tendrían efectos adversos y promover que el apego y la relación del bebé con los que lo rodean se comience a desarrollar de manera inmediata después del nacimiento.

He hablado acerca del rol de las hormonas durante el proceso de parto en esta publicación. Ahora quiero hablar acerca de cómo esas hormonas afectan al bebé; sobre todo las catecolaminas, que son las que juegan gran parte en la etapa final del parto.

Durante el proceso de parto se produce una gran cantidad de oxitocina. Esta es la hormona que provoca que el útero se contraiga. La oxitocina se produce en pulsos, cada cierto tiempo, dependiendo del estadio de la labor de parto. Esto permite que el cuerpo deseche y se recupere, ofreciéndole descanso al útero; de lo contrario podría suceder que el útero se “canse” y “apague” sus receptores, haciendo que las contracciones dejen de ser efectivas (esto sucede a menudo con la oxitocina sintética).

Con cada contracción lo que sucede es que las fibras del fondo del útero se van entretejiendo y formando una especie de pared fuerte, que al final de la labor de parto empuja al bebé hacia la salida. A medida que el fondo del útero se fortalece más, la cérvix se dilata, o se pone mas fina, como quien dice, haciendo espacio para que la cabeza del bebé salga.

Así, como la mamá produce oxitocina, el bebé también produce su propia oxitocina. Se cree, aunque no se sabe a ciencia cierta, que la oxitocina que produce el bebé y que permea en el líquido amniótico también afecta a las contracciones uterinas.

Los altos niveles de oxitocina en sangre de la mamá podrían tener un efecto protector sobre el cerebro del bebé. Al esta oxitocina cruzar la barrera de sangre del cerebro durante la labor de parto, “apaga” las células cerebrales, reduciendo así la cantidad de oxigeno que necesita el cerebro. Esto hace que el estrés que causan las contracciones (cantidad de oxigeno y sangre reducida) no afecte al cerebro de manera negativa.

Finalmente, el pico más alto de esta hormona se da en el momento del nacimiento, cuando el bebé esta pasando por el canal de parto. Estos niveles altos de oxitocina van a hacer que el apego de la diada comience inmediatamente. Va a despertar en la mamá la necesidad de besar y abrazar a su bebé y de mantenerlo cerca.

Básicamente vas a querer añoñar a bebé inmediatamente y para siempre.

Las otras hormonas importantes para el bebé al final de la labor de parto son las catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) o las llamadas hormonas del estrés.

En la mamá estas hormonas la ponen alerta y la preparan para recibir a su bebé en un estado despierto y consciente. También tienen gran influencia en el reflejo de eyección fetal, junto con la oxitocina. Este reflejo permite que sea el mismo cuerpo de la mamá que empuje al bebé hacia a fuera, con poco o ningún esfuerzo de empuje puesto por ella. Es algo incontrolable.

En el bebé las catecolaminas también tienen el rol de protegerlo de los efectos de la hipoxia causada por las fuertes contracciones que son necesarias para que nazca de manera rápida y segura. Ellas también lo preparan para la vida extrauterina al mejorar la función pulmonar, aumentar el metabolismo y activar los sistemas termogénicos del bebé.

Por otro lado, estas hormonas al hacer que el bebé despierte y esté alerta, ayudan a que el bebé tenga la fuerza suficiente para empujarse del fondo del útero, propulsándose para salir hacia el canal de parto.

Aqui vemos que en la labor de parto hay participacion, tanto de mamá como de bebé, los verdaderos y únicos protagonistas de este evento.

Por último, las catecolaminas hacen que el bebé nazca alerta y con los ojos abiertos, lo que va a permitir que pueda hacer contacto visual con la mamá y pueda llevar a cabo los procesos que beneficiaran el apego y la lactancia.

¿Por qué es importante proteger la primera hora (sobre todo) después del nacimiento?

La primera hora después del nacimiento es crucial para mamá y para bebé. El estado de alerta en el que ambos se encuentran facilita que puedan interactuar, mirarse a los ojos y comenzar el proceso de apego que asegurara la supervivencia y el buen desarrollo de la díada.

Esa primera hora también es crucial para el inicio de la lactancia materna. Al bebé estar despierto puede buscar el pezón y prenderse de el cuando quiera/necesite.

De hecho, si pones a un bebé recién nacido en el abdomen de su mamá durante esa primera hora, veras que comienza a arrastrarse y subir hacia el pezón finalmente encontrándolo y prendiéndose de él. Este es el llamado breast crawl.

Pues ya sabes, los bebés nacen alerta, con los ojos abiertos y con la capacidad de levantar la cabeza. Y no sólo los de ahora, sino también los de hace miles de años jajaj.

Después que pasa esa primera hora o dos horas el bebé cae en un sueño profundo de varias horas, donde no va a tener interés en despertar, ni en amamantar ni en nada. Si esos primeros momentos no se aprovechan, es posible que el proceso de apego y lactancia sean más dificultosos.

También el separar al bebé de mamá durante la primera hora puede hacer que el nivel de catecolaminas se mantenga alto en ambos, lo cual puede influir negativamente en la lactancia.

La falta de oxitocina al hacer una separación prematura también puede afectar el alumbramiento de la placenta y provocar hemorragia.

¿Por qué es importante dejar el cordón umbilical intacto?

Una vez el bebé nace es importante dejar el cordón umbilical tranquilo.

Si el bebé tiene vueltas de cordón, el parto ha sido imperturbado y mamá ha recibido a su bebé (o si alguien más lo recibió y se lo paso inmediatamente) ella sabrá que hacer con la vuelta. Las vueltas no representan riesgo para el bebé.

A través del cordón umbilical el bebé sigue recibiendo sangre oxigenada de la placenta (alrededor del 30% del volumen de sangre del bebé se encuentra en la placenta al momento de nacer). Por eso es super importante no clippear o cortar de una vez, sobre todo si al bebé le toma tiempo activar su sistema respiratorio o necesita atención de urgencia.

La sangre oxigenada que recibe de la placenta es un seguro para el cerebro.

Mantener al bebé y a mamá piel con piel y en un ambiente cálido (o arropados) mantiene alta la producción de oxitocina, lo que asiste en el alumbramiento de la placenta y previene hemorragias.

No tocar el cordón es ganar-ganar para todos, porque sirve de protección para ambas partes.

Como puedes ver el diseño de Dios es maravilloso. El parto mas seguro es el parto menos intervenido. Todo está diseñado para funcionar de manera perfecta y la fisiología funciona la gran mayoría de las veces.

La mano humana puede ser mas dañina que beneficiosa en estos procesos.

El que acompaña un parto debe estar consciente que su única función es suplir las necesidades reales de la mamá, ya sea de soporte físico, manteniéndola hidratada o simplemente siendo una presencia que transmite tranquilidad y seguridad.

Si quieres más información acerca del tema, te recomiendo este documento. Es verdaderamente fascinante.

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