No vengo de una familia particularmente devota, católica o de ninguna otra religión.
Mi papá fue un joven inclinado hacia la ideología socialista y mi mamá es rusa, nacida y criada bajo el régimen de la USRR.
Durante mi niñez no recuerdo haber ido a misa de manera regular, ni a ningún otro servicio religioso. No recuerdo que haya habido devociones particulares en mi casa. De hecho éramos una familia bastante secular.
Mi hermana y yo nos bautizamos e hicimos la primera comunión el mismo día. Yo tenía 11 años. Luego de mi bautizo tampoco recuerdo que comenzamos a ir a la iglesia nada así.
Si me acuerdo que una vez fui a unas cuantas reuniones de grupo de jóvenes, pero dejé de ir y que hubo un tiempito que iba yo a misa, pero esto no duró mucho.
En algún momento de mi adolescencia, no sé cuál porque ni me enteré hasta muchos años después, mi papá pasó por un proceso de conversión a la iglesia Católica, pero eso no fue algo que afectó la cotidianidad de las actividades de la casa.
La familia de Christian si era “Católica” de las que iban a misa los domingos todos juntos. Su papá incluso era Ministro Eucaristico (I know xD) y vivían la vida comunitaria y social de una parroquia. Ya su parte de cómo eso se desenvolvió y lo afectó el tendrá que contarlo.
Esto lo digo porque tiene que ver con lo que pasó más adelante, muchos años después de Christian y yo habernos conocido y mantenido una relación.
En fin, yo era una adolescente común y corriente de principios de siglo, de una familia normal, con el token de 2 hijas, donde papá y mamá trabajaban a tiempo completo, nosotras íbamos al colegio, oíamos reggaeton (Super cool 100.9 jajaj), etc. etc.
Un día, no sé qué fue lo que pasó, pero mami vino y dijo que en la casa estaba prohibido que oyéramos reggaeton. No se si fue que ella lo escuchó por ahí o que, pero eso nunca había sido un problema y de repente ella saltó con eso.
Al principio yo me moleste bastante, porque ¿y entonces? ¿Que ella quería que oyera?, porque no era solo eso, sino que no me daba permiso ni de ir a las fiestecitas de marquesina ya. Un total drama para un adolescente. Yo debía tener como 13 o 14 años.
Pero tuve que resignarme y buscar otras opciones. Al principio mi hermana y yo comenzamos con David Bisbal y ese tipo de artistas, pero a mi se me pasó rápido ese gusto y terminé llegando al rock/punk/emo/un chin de metal y ahí me quedé por mucho tiempo. También me gustaba la trova: Silvio Rodriguez, Pablo Milanes, etc. (aún me gusta, no lo puedo negar), el rock tipo Sabina, Joan Manuel Serrat, que fueron los artistas que crecí escuchando en mi casa.
Al final ese tipo de música iba mucho más con mi personalidad que el reggaeton ajajaj.
Esta parte de la música es relevante, porque sin ese cambio probablemente Christian y yo nunca hubiésemos cruzado caminos.
Igual yo era una adolescente normalita, con las mismas tensiones con los padres que tenía todo el mundo, con los mismos deseos de ser grande, irme de mi casa, tener una carrera y ganar mucho dinero. Osea, a los 30 en mi cabeza ya yo iba a dominar el mundo.
Era una devoradora de libros de toda la vida, especialmente novelas y me gustaban mucho las novelas de Isabel Allende. Irónico que aunque hoy sigo devorando libros, casi no estoy leyendo novelas..
No quería casarme, no quería tener hijos. Dios y la iglesia ni se me cruzaban por la cabeza. No era que fuera atea, pero tampoco era un tema al que le daba mente, y eso fué así por muchos años mas.
Es interesante mirar hacia atrás y ver que tan diferentes éramos, aun cuando sentimos que somos esos mismos carajitos que no saben nada de la vida.
Les hago esta introducción para que entiendan de donde vengo.
Aunque siempre he sido decisiva, radical, amante de la verdad, no siempre he tenido las mismas convicciones, creencias y deseos que tengo hoy.
Tristemente no nací casi santa, como Santa Teresita (:P) y este proceso me cuesta bastante. Incluso aceptar lo que yo misma veo, creo y siento como verdad me cuesta mucho; tengo que luchar conmigo misma 24/7.
En la próxima les cuento como nos conocimos Christian y yo y como fue el principio de nuestra relación.