Dejarse “fluir” es un concepto muy popular en el mundo del parto, pero ¿es realmente necesario o bueno dejarse fluir?
Tenemos que tener claro que queremos o nos quieren decir cuando nos recitan una y otra vez “déjate fluir”
Lo primero es ¿quién te dice que te dejes fluir, donde, en qué situación?
¿Me dejo fluir con mis sensaciones, con mis instintos? ¿Me dejo fluir con mi conocimiento y certeza de que mi bebé y yo somos los expertos?
¿O me dejo fluir con sugerencias y comentarios ajenos? ¿Me dejo fluir con la cascada de intervenciones?
¿Con que exactamente me dejo fluir?
Ahí está el key del asunto.